Mi
nuevo destino como ya les conté era India pero la forma de llegar no estaba
nada clara, el destino Chennai era un poco inaccesible desde Atenas pues teníamos
que atravesar el canal de Suez para llegar al mar arábigo y tras rodear Yemen y
la península arábiga cruzar todo el océano indico darle una vuelta a india llegar a la pequeña
ciudad del sudeste de India.
No
teníamos un barco lo suficientemente seguro para que pudiese aguantar, mi amigo
tenía que buscar algo en condiciones que no nos diese problemas, lo que me daba
a mí un par de jornadas más para poder seguir trasteando por Atenas.
Abandone
el puerto y en mi cabeza solo resonaba una idea: CHLOÉ, así que corrí como si
me fuese la vida en ello hasta llegar a su casa, aun dormía, aun estaba
soñando, me senté frente a ella y me quede mirándola, era tan bella que me
quitaba la respiración, hacia un ruidito al dormir que la convertía en un ser
perfecto. Le acaricie la cara y le quite el flequillo de los ojos mientras toda
mi piel se erizaba de lo que estaba sintiendo por una desconocida.
Se
despertó entre mis caricias y a mí como soy tonto, solo se me ocurrió decirle
la gran frase de Roberto Benigni;
Buenos
Días, Princesa –le dije con una sonrisa inmensa.
Bonjour
– Me replico Chloé en un perfecto francés.
No
hablemos Francés, ni ingles, ni siquiera tu precioso griego, Hablemos mi lengua
que se de sobra que hablas – Le señale mientras la cogía de la mano
De
acuerdo – Contesto sin pestañear.
Estuvimos
todo el día metidos en la cama y lo único que hicimos fue hablar, hablamos y
hablamos sin callarnos ni un solo instante, no hubo ni un beso, solo estuvimos
sentados uno frente al otro y nos lo contamos todo con pelos y señales, desde
nuestro primer amor hasta lo que comimos momentos antes de conocernos.
No
recuerdo muchos detalles de aquel día solo unas frases que ella me dijo de a
quien había querido y era algo así;
“Pensé
en él y me di cuenta de que era bellísimo como te llevo diciendo todo el día y
ver como terminaba con un traficante de sentimientos me parte el alma en dos, ver
como acaba con lo más bajo de nuestra sociedad me rompe el corazón, ver cómo me
han partido la cara una y otra vez e irse con él me hace pensar si realmente
era tan increíble como yo pensaba o por el contrario solo era un reflejo.”
En
ese momento estábamos solos nosotros dos en aquella habitación, vi como estaba
rota por el dolor, la cogí de la mano, la abrace, sentí como su pecho latía con
fuerza contra mi pecho y sin saber cómo le dije:
No
te preocupes nunca más dejare que nadie más te traiciones, yo nunca te
abandonare –
Chloé
me miro con los ojos rotos por las lágrimas y me dijo: Por favor-
Yo
no te puedo prometer mi amor eterno, ni tampoco te puedo prometer que todos los
días que estemos juntos estaremos bien, ni siquiera te puedo prometer la
felicidad, ni que seremos ricos, pero si hay algo que si te puedo prometer, y
es que yo estaré a tu lado siempre, hasta cuando estemos mal, te puedo prometer
que luchare a tu lado siempre que pueda y que cuando tenga una sonrisa regalar será
para ti – Le dije sin pestañear.
No
dijo nada, se quedo callada, nuestros labios se fundieron y no se separaron en
toda la noche.
El
día siguiente recibí la llamada de mi amigo en la que me reclamaba para
comenzar el viaje hacia Chennai,
Chloé me miro y me dijo;
¿Ha
llegado el momento? –
Yo
asentí con la cabeza, escuche un crujido, creo que era el de mi corazón que sabía
que era el último momento con la preciosidad griega.
Recomponte,
vístete y ayúdame ha coger algo de ropa, ayer me dijiste que estaríamos juntos
¿Verdad? Me dijiste que lucharíamos contra todo y contra todos ¿No? Pues empecemos,
me voy contigo a Chennai y luego ya veremos – soltó Chloé como quien no quiere
la cosa.
La
mire, recogimos todo rapidísimamente y empezamos a correr de camino al puerto, íbamos
cogidos de la mano y pese a ello yo sentía la mas inmensa de las libertades
dentro de mí, sentía la felicidad, sentía eso que llaman amor.
Llegamos
al puerto, mi amigo nos vio y yo solo pude decirle;
AHORA
SOMOS 3, Guíanos hacia la liberta….